En los años 80 una agrupación de ganaderos locales creó una pequeña cooperativa para unificar la entrega de la leche procedente de sus vacas.  Con el producto excedente se fabricó mantequilla a fin de conservar un producto altamente perecedero. Con la pérdida paulatina de población y la migración del campo a la ciudad, Fasgar y sus alrededores fueron quedándose sin ganaderos y poco a poco la lechería calló en desuso. 

En 2019 se realizan unas obras de rehabilitación que permiten reconstruir el tejado, dañado con el paso de los años, y habilitar el espacio para albergar un centro de alquiler de bicicletas de montaña.